Aunque a veces lo hago (animado por mi mujer y mis hijas) no me gusta salir a aplaudir a los balcones. Lo siento. Sé que puedo parecer borde y antisocial. Os diré por qué no me gusta salir a aplaudir.
Lo peor de esta crisis del coronavirus no ha llegado todavía. Lo peor será cuando pasen las semanas y haya familias que, con todos en el paro y confinados, no tengan qué comer, por ejemplo, o no tengan con qué pagar las facturas básicas, como hablaba hoy con mi amigo Willy.
Entonces, aplausos aparte, se demostrará la verdadera sensibilidad, nobleza y solidaridad de una comunidad de vecinos. Esos que salimos a aplaudir a los balcones.
Ojo, sé que se aplaude a los servicios sanitarios. Que se lo merecen, por supuesto.
Pertenezco a un colectivo (el profesorado) con bastante mala fama. Y me gusta que al personal médico y sanitario se le agradezca que nos salven vidas (¡¡¡Gracias, chicas!!! ¡¡¡Gracias, chicos!!!) Pero permitidme no aplaudiros hoy. A cambio, cuando pase todo esto, no me enfadaré cuando tenga que esperar mucho tiempo en la sala de un centro de salud. Comprenderé que estáis saturados. Y también, a cambio y cuando pase todo esto, comprenderé que no tengáis el mejor humor cuando me examinéis, pues comprenderé que tenéis jornadas agotadoras.
Dicho esto, quizá mañana salga a aplaudir a aquellos que nos salvan vidas. Pero pensaré, como hoy, que esta guerra es muy larga, y que tendremos ocasiones para probar, con nuestro prójimo, de qué madera estamos hechos en realidad.
Ánimo con la cuarentena. Queda un día menos.
Que gran reflexión amigo, feliz día y feliz confinamiento, un abrazo
Muchas gracias, Pablo. Feliz y paciente confinamiento también a ti. Abrazo grande de vuelta.
Tienes mucha razón, Juan Pedro. Lo peor está por llegar y vamos a necesitar mucho más que aplausos desde nuestros balcones.
El día después, se va convertir -me temo- en una sucesión de días interminables y muy, muy duros.
Os deseo salud para ti y los tuyos, un bien tan dificil de conseguir eb estos tiempos, sobre todo en mi Madrid.
Gracias por tu comentario, Elisa. Sé que vendrán días duros, pero también sé que sentiremos más fuerza si tenemos a personas como vosotros a nuestro lado. Da igual que estéis o no estéis cerca físicamente. Vuestras buenas vibraciones siempre se notan. Por cierto, qué bien y qué bonito está creciendo «Historias entre fogones». Un fuerte abrazo. También te deseo salud para ti y los tuyos.