Aunque todavía no es San Blas, yo ya he visto la primera cigüeña de esta primavera. Fue el otro día, desde el autobús que me llevaba hacia Madrid. Estaba sobre un poste, mirando la autopista. Era una cigüeña de la nobleza, no me cabe duda: estaba demasiado seria y nos miraba con desdén, como si no comprendiera del todo los raros asuntos humanos.
Muy posiblemente, si esa cigüeña da un par de aleteos y se acerca por el pueblo en donde vivo, verá que mis hijas están más mayores y han crecido mucho desde la última primavera. Mónica (que ya es toda una señorita de cinco años y medio) está entusiamada con sus clases de danza y ayer mismo nos sorprendió a Marta y a mí leyendo unas palabras de un cuento, mientras esperábamos en la consulta de su pediatra. Presenciar aquel pequeño milagro fue emocinante. Por su lado, María, la peque, dice cada vez mejor sus primeras palabras y, sobre todo, demuestra una personalidad que promete ser arrolladora. Tiembla, Schwarzenegger…
Quizá, la cigüeña ha visto que el viernes operaron a Miguel, mi suegro: le quitaron la vesícula. Debo ser malo, porque hoy me lo he pasado bien haciéndole reír para que le tirasen un poco los puntos. Me queda la tranquilidad de que él transige de buena gana aunque a veces me diga (eso sí, cariñosamente): «Pero qué yerno más tonto tengo».
El lunes ingresan a mi padre para hacerse un cateterismo cardiaco. Es una operación ambulatoria, pero sus años (79) merecen que le dedique presencia y cariño.
Y, mientras, las cigüeñas van llegando. Se van, vuelven; se van, vuelven.
Amigo, todo mi ánimo en estos momentos. Verás que todo sale bien. Yo también ando en jaleos hospitalarios. Hermoso lo que cuentas y, como siempre, cómo lo haces. Un beso enorme
Si las cigüeñas tuviesen un pico más corto no serían tan mayestáticas. La verdad es que el esmoquin que llevan tampoco las ayuda.Las pobres, al igual que Sísifo, se ven obligadas a recordarnos una y otra vez que volverá la Primavera, ahí, pasando frío mientras nosotros las vemos detrás de nuestros calientes cristales. ¡Pobres!Espero que todo vaya bien el lunes.
Gracias por compartir tus reflexiones y sentimientos. Que salga todo bien. Ánimo.
Querida Amelie, querido Apuleyo, Querido Pedro:Gracias a vosotros por leer el post, cuando los nervios se comparten se clavan menos en la cabeza y en el corazón y son más llevaderos.Ya os contaré cómo salió el cateterismo.Un beso grande.
Querido Juan Pedro:Como siempre, es un placer leerte.Deseándote lo mejor tanto en los maravillosos momentos que compartes con tus hijas como en los duros que la vida convierte en inevitables, pero que también nos hacen valorar más lo verdaderamente especial.Un abrazo muy fuerte:Pablo
Querido Pablo, un fuerte abrazo. Gracias por leerme y por tus palabras.