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Nocturno

Me asomo a la ventana en esta noche de verano.
Siento fresco; estoy cansado pero aún no del todo.
La brisa mueve las copas de los árboles
y huele a césped y a tierra mojada.
Todos parecen estar dormidos,
pero
en el edificio de enfrente una luz está encendida.
Lo sé:
probablemente, quien viva allí y yo tengamos los mismos sueños.
Publicado en Poesía

4 comentarios

  1. Anonymous

    No sé yo, Juan Pedro… es curioso, esto es algo que me pasa muy a menudo… descubrir otra ave nocturna con su lucecita encendida en plena noche cerrada. Sin embargo, no creo que compartamos sueños… creo que un abismo de soledad nos separa en esos momentos, como islas-luciérnagas con nuestros problemas y nuestro insomnio.M.

  2. Juan Pedro Molina Cañabate

    Hola, «M»: ¿Qué tal estás? No te has dado cuenta, pero has dado con la solución al problema: todos nos creemos islas independientes, pero tenemos más en común de lo que nos creemos. Tú crees que estás solo/sola, y, paradógicamente, el dueño de esa lucecita también lo cree. Quizá ignore que le estás viendo, quizá ignore que su luz es importante para ti, en esta noche solitaria. Pero está ahí, como un faro. La soledad no es tal: es un periodo transitorio de ausencia de sentidos… o quizá todo lo contrario: una hipersensibilidad que hace que veamos la realidad distorsionada. Tenemos que encontar el punto de equilibro, saber qué dice el dueo de esa luz. Quién sabe, a lo mejor con el tiempo se convierte en un buen amigo.Gracias por pasarte por aquí, como siempre.

  3. sergio del mar

    Sentir que no estás solo en la inmensidad de la noche y más en verano. Una época muy dada a inventar historias, darle a la imaginación e incluso vivirlas… como escribió Shakespeare y es un libro que me encanta: el sueño de una noche de verano.

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