H.B. Adams decía que «un profesor trabaja para la eternidad: nadie puede predecir dónde acabará su influencia».
Ésta es una profesión tan difícil como apasionante, que no tiene retorno (ni emocional, ni económico) ni a corto ni a medio plazo. A menudo no la tiene ni siquiera a largo.
Sin embargo, creo que tengo la mejor profesión del mundo.
He encontrado en el blog de Marco Cimino este vídeo. Y no podía dejar de compartirlo aquí con vosotros.
En el título del post os decía que tengo una profesión más. Es más difícil que la docencia: soy padre de Mónica y María
¡¡¡Qué hermoso leer que alguien disfruta tanto con su trabajo -un trabajo que tiene que ver con el amor a l@s demás, porque no deja de ser eso-!!! Gracias por compartir tanta Belleza. Un beso enorme (y gracias por el vídeo, es chulísimo)