Últimamente me paso demasiado tiempo delante de la pantalla juntando palabras. Estoy embarcado en un proyecto que me hace muchísima ilusión y que, párrafo a párrafo, se va convirtiendo en realidad. Ya os contaré, espero que pronto. Trabajo y disfruto con las palabras; amo la tipografía, no puede ser de otra manera.
Yo, que estoy fascinado con la sobriedad de la Garamond y que soy fiel a la Georgia, estoy descubriendo la belleza de algunas letras sans serif: los trazos curvos y humildes de la Calibri; el ductus humanista y moderno de la Open Sans y de la Lato; la funcionalidad de la Roboto.
Ya sé que os debo parecer friki. Pero, para mí, cuidar un texto con un tipo de letra es algo parecido a que un cantante cuide su voz. Palabrita. El tipo de letra es mi voz, parafraseando al gran Erik Spiekermann. Y creo, simplemente, que estoy buscando una voz más sencilla.
[vimeo http://vimeo.com/30008631]
A mí me encanta la letra Calibri. Suerte…
Con qué delicadeza escribes! Creo que eres muy afortunado por amar lo que haces.Mucha suerte para ese futuro proyecto.muuuuaaaack!!
Hola, Guadalupe! ¡hola, Paula! el proyecto es un nuevo libro que va por muy buen camino. como paso horas delante de la pantalla, tengo una tipografía que no cansa la vista 😉 Muchísimas gracias por estar ahí, amigas. Tenéis razón: soy un tipo afortunado por amar lo que hago.