Hace unos días llegó la primavera. Las primeras golondrinas (aviones, mejor dicho, primos directos) llegaron al pueblo a habitar de nuevo sus nidos. El año pasado, la primavera y el verano se me escurrieron entre los dedos. Así que esta vez prometo solemnemente:
- Enfadarme menos
- Aunque estuve anteayer con mis hijas, volver al Museo Arqueológico y decirle a la Dama de Elche (con permiso de Marta) que sigo enamorado de ella
- Observar al menos una vez al día el vuelo rasante de los vencejos
- No demorar ni un momento cuando mi hija María me diga que quiere jugar conmigo
- Preguntar a mis hijas, todas las noches, qué ha sido lo más bonito del día. Y también preguntarles qué es lo que menos les ha gustado
- Hacer reír a mi mujer. Sobre todo los domingos por la tarde
- Volver a hacer el gamberro con las niñas en la ducha.
- No olvidarme de que los del Atleti somos únicos, ganemos o perdamos
- Aunque soy agnóstico (y cada día más), voy a ir a la iglesia más cercana y voy a encender una vela por ese jefe que se murió
y que me puteó tanto y tanto y tanto - Tomarme menos en serio. Bueno, la verdad es que esto ya lo hago.
Puedes prometer y prometes…ahora cumple. Un abrazo enorme.
Ya lo estoy haciendo 🙂 Gracias por estar ahí, Paula. Otro abrazo enorme para ti
Y gracias por recordarme cosas que yo también prometo hacer. Besazo!