«Tengo una cámara fotográfica en los ojos. Y lo mejor es que la batería no se acaba nunca». (Mónica, seis años)»Estoy hablando con el duende de los besos». (María, de dos años, tras hablar por un teléfono de juguete)
Ojos y besos
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Bueno, va por segunda vez mi comentario porque parece que la primera vez no se grabó. Ainsssssss…Decía yo que tengo una prima que es bruja y que decía en cierta ocasión que alguien debería inventar una especie de «chip» para que nuestros ojos pudieran grabar las imágenes que vemos (con un solo pestañeo), como si fueran fotografías. Todo esto lo decía al hilo de sus viajes cotidianos al pueblo donde tenía que trabajar y por los increíbles amaneceres extremeños que contemplaba desde el coche. Tu hija, por lo que veo, ya es toda una sabia a tan corta edad. Disfruta de tanta Belleza. Aunque me consta que ya lo haces, Amigo. Un beso enorme (y perdón por mi ausencia en estas fechas, pero he estado / estoy con un gripazo de impresión)
Cuidado con estas niñas que te acaban enseñando a escribir… 🙂
AMELIE, RAQUEL: Qué ilusión me hace veros de nuevo por aquí. Celebro que os haya «llegado» el post. No sé si mis hijas serán sabias o no, pero me alucina cómo captan detalles pequeños y, sobre todo, cómo quieren compartirlos con la gente, como si así multiplicaran su pequeña-gran felicidad. Es admirable la concepción de la felicidad que tienen los niños.Muchas gracias, Amelie y Raquel, por estar ahí, al otro lado y a este. Gracias por compartir también vuestras felicidades. Espero que nos veamos pronto.
A ver, Mónica mola mucho, mucho! Lo de la cámara fotográfica es genial! jaja Y María… tiempo al tiempo, promete con solo dos años.
Jajajajaja. La verdad, NOEMÍ, es que me dejan con la boca abierta. Cada día me sorprenden más 🙂
Yo me pido una cámara como la de Mónica, definitivamente. Y María… puedo darle un mordisquito??
Jajajajajaja. Bueno, Caramelito, puedes hacerlo si no le haces daño 🙂