- Acompaña o hazte acompañar de seres queridos en una vía pública. Ejemplo real: el otro día iba yo con mis hijas por una calle del pueblo donde resido
- Adopta la frecuencia mental de querer hacer el gamberro de forma sana. Ejemplo: en mi caso, mis hijas propusieron que hiciéramos la estatua
- Déjate llevar por el azar. Mis hijas me sugirieron que hiciéramos la estatua al primer coche (fuera el que fuera) que doblara la esquina de la calle por la que caminábamos en ese momento
- Deja que el azar te asombre. En nuestro caso, el primer coche que pasó fue uno rojo tuneao, conducido por un bacala de pelo rasurado al uno. Escuchaba, a todo volumen, una música, digamos, indescriptible.
- No te cagues y ten valor cuando tus hijas (amigo o ser querido) te diga: «¡A la de tres! Una… Dos… y
- Cuando llegue al fatídico «Tres», grita «¡Estatua!» y quédate absolutamente quieto, petrificado. Se recomienda, como hicimos nosotros, tener una pierna y el brazo contrario levantados, como si te hubieras quedado congelado a medio paso. Es altamente recomendable, también, quedarte con la boca abierta, como si en ese momento fueras a decir una palabra.
- Contén la risa y mira por el rabillo del ojo. En nuestro caso, el conductor se quedó alucinado ¿Qué extraña sustancia alucinógena propicia que un padre y sus dos hijas actúen así?
- Da gracias a Dios si el bacala no se baja del coche y no tenga a un pitbull de copiloto
- Vive el momento
- Piensa que mañana te reirás mucho más
Instrucciones para celebrar los últimos días de agosto. Realización de un ejercicio práctico con ejemplo real: la estatua
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