Esta foto está tomada un segundo antes de una gran carcajada. Mi mujer, mis hijas y yo habíamos ido a una actividad promovida por el Ayuntamiento de Pozuelo, la Velada astronómica. Una de las actividades era ver Saturno por telescopio. Hicimos cola y esperamos nuestro turno. Mi mujer y mi hija mayor pasaron primero y pudieron ver antes, con curiosidad e incluso emoción, al planeta de los anillos dorados.
–María –dije yo a mi hija pequeña–, ahora nos toca a nosotros. Mira, pasas tú primero, yo te cojo en brazos y miras por el telescopio, ¿vale?
–Vale.
Nos llegó el turno, tomé a María por debajo de los hombros y la aupé. La gente de alrededor tenía curiosidad, quería saber lo que diría un bichejo de cuatro años. ¿Qué diría? ¿Qué diría?
Silencio.
Más silencio.
Y mucho más silencio.
Hasta que espetó:
–Uy, ¡pues yo no veo nada!
Carcajada general.
La señora que está detrás de nosotros es la alcaldesa de Pozuelo, Paloma Adrados, que esperó cola detrás de nosotros. Crucé unas cuantas frases con ella y me pareció una señora encantadora.
Tenemos la instantánea de ese momento gracias a la amabilidad del Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Pozuelo.
PD: Finalmente, María vio Saturno, por supuesto, aunque le costó entender que una cosa tan grande como un planeta podía caber en una lente tan pequeña como la de un telescopio.
Fue una experiencia magnífica.
¿Sabes una cosa?hoy me contaron que Saturno era el dios de la tristeza y que antiguamente cuando uno estaba triste,muy triste(con depresión hoy en día) honraba a este dios en un sitio especial para ello.Darle sitio a cada sentimiento me parece un aprendizaje maravilloso. De todas formas,me alegro que vuestro Saturno haya sido otro. <3
No sabía esta historia que comentas, Paula. Me lo apuntaré para ocasiones venideras. A veces, los días también amanecen «nublados» en los corazones y en el espíritu por aquí 😉
Pues ayer precisamente me lo comentó mi homeópata y cuando leí tu post no pude resistirme a contártelo. Creo que nadie nos enseña a colocar los sentimientos en su sitio y la tristeza nunca tiene su lugar,yo por lo menos no se lo doy,intento engañarla y disfrazarla,pero al final sale por otro lado(dolor,enfermedad,cansancio…).Desde que voy a la homeópata(bendita sea,jeje) ,estoy aprendiendo muchas,muchas cosas,pero creo que una de las más importantes es esa,darle su sitio a cada sentimiento,todos tienen cabida y todos son necesarios e importantes.Bueno,en eso estoy… Muuuaaack!
Pues son unas palabras sabias, Paula. Por favor, ¡comparte más ideas con nosotros! Un abrazo enorme.
Jajajaa…claro que sí. 😉