«Papá, tenemos una enfermedad. ¡No podemos dejar de saltar!» (Mis hijas Mónica y María, de 7 y 4 años, respectivamente, riéndose, saltando encima de la…
Durante muchos años, los domingos fueron mis días de la suerte. Fue curioso. Yo los odiaba sobremanera, como sólo un adolescente solitario puede hacerlo. Hasta…
Mis hijas tienen muñecas para jugar. Son los nenucos de toda la vida. Los Reyes habían traído a María (la pequeña, casi cuatro años) un pequeño…
Esta tarde contaba a mis hijas, en plan abuelo cebolleta, por qué me gustan los gatos. Les decía que todo empezó hace mucho tiempo, cuando yo…
En una tarde de primavera de hace algún tiempo, delante de un café, Antonio Gómez Rufo me dijo algo importante. Era algo que yo venía…
No recuerdo el momento exacto en que se me ocurrió el nombre de este blog. Buscaba un signo luminoso, algo positivo. Hoy, por tonto que…
Mañana silenciosa de un día de febrero en la comunidad de vecinos. Mi mujer y mis hijas, todavía en casa, están al lado de la…
Después de mucho tiempo de trabajo y esfuerzo y de creer en sus propios sueños, mi sobrina Marta Royo (firma sus trabajos como Lye Lysianne) ha presentado…
Me enteré ayer por la prensa de que el portaaviones Príncipe de Asturias (o R-11, como le llamábamos nosotros) va a ser desguazado. España no…
Ahora que vuelvo a escribir poesía me acuerdo de Marga, una profesora de Literatura que tuve en el Instituto San Isidro. La primera imagen suya…