Uno decide seguir escribiendo y, de repente, se desata la alquimia. Suceden hechos prodigiosos e inesperados, se paran los relojes, sientes cerca a amigos lejanos. Uno decide seguir escribiendo y, de repente, todas las noches son esa noche, empiezan a aflorar ideas y te reconcilias con las palabras. Y todo (la magia, los relojes, las lejanías y las cercanías, las palabras) gravita sobre un sentimiento: qué maravilloso es estar vivo.
Feliz lunes, verdiano.
Te juro,Juan Pedro,que hay días que me das una envidia…hoy es uno de esos.
Gracias por tus letras.
Besooss!!
Te mando un abrazo muy grande y todas las energías positivas posibles. Gracias a ti por estar ahí. ¡Un beso muy fuerte!