Hace unos cuantos años me di cuenta de que, en el pueblo en donde vivo, la piqueta estaba echando abajo las antiguas casas viejas de piedra, aquéllas que, en muchos casos, fueron utilizadas antaño como graneros, cuadras o simples cobachas en donde los aldeanos guardaban sus aperos. Así que, antes de que el urbanismo se las comiera y levantara casas de ladrillo rojo con porteros automáticos y muros poco más gruesos que el papel de fumar, decidí hacerlas una foto para guardarlas siempre en la memoria.
Algunas todavía resisten. Qué maravillosa palabra, llena de fuerza y fe: resistir.
¡Qué maravilla la de encontrar, en medio de la modernidad, vestigios de otro tiempo, signifiquen o no una resistencia! Yo encuentro todas las noches, cuando paso por la esquina del curro (soy periodista, lo aclaro porque mencionar la noche y una esquina en la misma frase suena realmente mal jajaja), un local con un cartel de esos antiguos, como pintado, que dice PANADERÍA junto a otro que dice TEBEOS. ¿No es increíble?Me encanta esa foto (que, si no me equivoco, había visto ya en el flickr ¿puede ser?), me recuerda mucho a mi pueblo. Vives en un hermoso lugar…Un beso muy grande y feliz semana, amigo
¡Amelie!Te invitamos a un cafetito el día que quieras para que conozcas el pueblo.Vaya memnoria que tienes: efectivamente, la foto la colgué en mi Flickr. Para fotos bonitas, las de tus viajes. Por cierto, ¿dónde has estado últimamente? Actualizabas tu fotolog pero no el blog… Me da que tienes algo muy importante y feliz que contarnos…Qué bueno tenerte de nuevo por aquí.Feliz semana, compañera.