Volver al fútbol fue volver a reír, a cantar y a saltar como antes. Dio igual el resultado.
Fue ver a viejos amigos, de esos que, durante años, se han sentado justo a tu lado, partido a partido. «Qué tal estás». «Qué bueno verte de nuevo». «Anda que no me he acordado de ti». «Y dónde andará éste, pensaba».
Pero volver al fútbol fue también saludar a personas que sólo conocías de vista y con las que antes no habías cruzado con ellas ni una palabra. «Hemos sobrevivido y es importante que estemos aquí», me dijo un amigo del fútbol.
Volvernos a ver, después de un año de pandemia, significaba que seguíamos vivos.