Zorro nunca se prepara para Año Nuevo. Porque, para él, el año no comienza cuando los humanos dicen, el 1 de enero, sino que empieza cuando termina el verano. Por entonces, se han ido vencejos y golondrinas y los días son más cortos. Hay que prepararse para la desnudez del otoño y los rigores del invierno.
Cree que los humanos son exagerados. Ellos piensan, pobres ingenuos, que el año que llaman 2021 será muchísimo mejor que 2020. Y quizá sí. Pero quizá no. Nadie en el bosque tiene certeza de ello.
La única certeza de Zorro es que en el Año Nuevo de los humanos (y en las semanas y meses que le seguirán), él esquivará a cazadores y burlará cepos de nuevo. Descubrirá nuevas praderas y trotará otra vez por viejos caminos. Bailará bajo la luna. Y, en el bosque, habrá animales que lo pasarán mal y otros que no tanto.
Seguirá todo igual, en esencia. Por eso Zorro nunca se prepara. Porque lo único que no cambia ni puede cambiar es ser consciente del sol, del cielo, de los campos y de las estrellas. De hablar con otros animales del bosque. De ver cómo transcurre el río.
Si los humanos vivieran más esos dones y fueran conscientes de qué suerte han tenido superando los últimos meses, no pensarían tanto en fechas y calendarios.
Feliz 2021, humanos. Abrazo fraternal a los que han sufrido desgracias este año. Para los demás: recordad lo que realmente importa.
(*) Imagen: Zorro rojo el Parque Nacional de Yellowstone. Fotografía de Carol M. Highsmith, colección de la Biblioteca del Congreso. Digitalizada por Rawpixel.
Magnifico cuento corto. Enhorabuena .
Un millón de gracias, querido Kamilo.