Nunca creí que esto me ocurriría, pero una prueba irrefutable de que pasa el tiempo (de que pasa mi tiempo, de que paso por el tiempo) es que pienso sobre las opciones que la vida que, parece, ha cerrado.
De esta forma, últimamente, me da por pensar:
- Por qué no hice Psicología
- Por qué no mandé a la mierda a aquel jefe
- Por qué dejé pasar esa oportunidad laboral
- Por qué no escribo otra puñetera novela y por qué siempre me rajo y las ideas que tengo me parecen malas
Caro amigo:
* No puede estudiar psicología quién está destinado a contar, por eso estudiaste periodismo y te hiciste escritor.
* No mandaste a la mierda a aquel jefe porque no se lo merecía. Eso lo hubiese dignificado, y ya sabemos que con los idiotas no se discute.
* No aceptaste aquella oferta laboral porque no era para ti, de serlo la hubieses aceptado.
* Si una idea no te parece mala al comenzar, no la has pensado lo suficiente. Regístrala, anótala y déjala dormir. Reléela y acótala al margen, hasta que sea buena. Luego es solo cosa de parirla, y nunca hubo parto fácil, más si hijos bellos al final.
¡Ea! Que una cosa es que el tiempo pase, y otra que se nos escape; total sólo nos queda el resto de nuestras vidas. ¿Qué podemos perder?
Un abrazo
PD: Seguimos con un tema pendiente.
Eres muy grande, amigo. Gracias por tus palabras, cálidas y dichas siempre con el corazón. Y no, no se me olvida lo que tenemos pendiente. Abrazo enorme.