Cada verano, entre todas las fotos que nos hacemos, elegimos una: es la foto del verano. Generalmente es la que mejor rollo transmite y en la que salimos los cuatro, María, Mónica, Marta y yo. También, generalmente, suele ser una auto-foto; es decir: yo tomo la cámara con una mano, extiendo mi gadgeto-brazo, enfoco por intuición y, click, ya está, una imagen para la posteridad.
Bueno, para la posteridad, para la posteridad, no sé. Lo que es seguro es que esa foto será, durante un año, el fondo de escritorio del ordenador del despacho de casa y del despacho de la Universidad. Así, en las tardes de invierno, cuando arrecie el frío o cuando las nubes no dejen ver el sol, esa foto nos recordará que el buen tiempo nos espera, como siempre, en un par de solsticios.
Esta noche, después de trabajar en un libro sobre comunicación que estoy escribiendo con María de Andrés, he escogido la foto del verano y ya está de papel tapiz. Es preciosa. Excepcionalmente no la he tomado yo, sino mi cuñada Tati. Las niñas, Marta y yo estamos en la playa de Oliva, sentados en la arena, cerca del mar. María, mi hija pequeña, está sobre las rodillas de Marta. Mónica, mi hija mayor, está apoyada sobre mi espalda y yo acerco mi cara a la de mi mujer.
General Invierno, aquí te estamos esperando. No te tenemos miedo. Ya sé que los días son más cortos, que no hace tan buen tiempo, que las golondrinas ya ensayan su adiós. Pero con esta foto, querido, somos, literalmente, invencibles.
PD: Naná, Tati, Diego, gracias por los momentos de sol y mar: los que disfrutamos nosotros y los que está disfrutando Moni.
Hermosa entrada!Y qué buena idea la de la foto del verano!! Con tu permiso, la voy a copiar cuando el verano pase nuevamente por aquí, por el hemisferio sur.
Por suerte, como bien dices en el texto, esos días de verano -al igual que las oscuras golondrinas- volverán en un par de solsticios. Entretanto, esos fríos y, a veces, tristes días de invierno servirán para que sepas cómo exprimir mucho más el calor del próximo verano.Créeme si te digo que esos contrastes de temperatura, aquí en Canarias, donde disfrutamos de una casi perenne primavera, después de conocerlos, se acaban echando de menos.Un fuerte abrazo.
Ciertamente egoísta por tu parte hablarnos de la foto del verano ¡¡¡y no mostrarla!!!Jajajaja, bromas aparte, amigo mío, hay que nutrirse de todo el calorcito que podamos sea verano o invierno, haga sol o llueva a mares, estemos rodeados de gente o más solos que la una. Lo bueno es saber encontrar ese calorcito en las pequeñas (grandes) cosas cotidianas (no me gusta decir rutinarias, porque la pobre rutina tiene una carga despectiva) como eso de la foto del verano o un mensaje alentador o una canción que te recuerda tal momento o ese detalle sobre la mesa que te saca una sonrisa.Me alegra mucho saber que has cargado las pilas en este veranito. Un beso carabanchelero
JULIETA: con mi permiso y sin él, por supuesto. Gracias por pasarte por aquí, como siempre. Ya nos contarás cómo va el Día de la Estrella para tu buena amiga.RUYMÁN: ¡No me puedo creer que añores el clima de la península! Pero si vives en un paraíso… Nosotros añoramos gente como tú, amigoAMELIE: Ay, amiga, es que no quiero mostrar de momento la foto… Quizá por vergüenza, quizá porque es mejor imaginar que ver.Por cierto, ¿qué canción con mensaje optimista te gusta? Hace unas semanas, por cierto, salió Kevin Johansen en los conciertos de Radio 3.Un beso galapagueño muy fuerte. Te sigo, ¿eh?, te sigo…