Una vez, mientras viajaba en un vagón de metro, entró un hombre pidiendo unas monedas a cambio de una canción. Era indigente y creo (por ciertos rasgos y cicatrices en la cara que sólo pueden emerger desde el fondo del alma) que había tenido alguna relación con las drogas. No llevaba instrumento alguno y empezó a cantar a capela. Lo hacía como podía, con voz rota y evidente esfuerzo. Mucho esfuerzo.
La canción, en concreto, era un poema de José Agustín Goytisolo musicado por Paco Ibáñez: El lobito bueno. Una canción aparentemente naif, sólo aparentemente.
Me emocionó escuchar esa canción a ese hombre y en esas circunstancias.
Frente a mí había dos jóvenes sentados que se empezaron a reír del vagabundo nada más empezaron a escuchar la letra.
—¿Por qué lo hacéis? —les pregunté con la mirada—. ¿Por qué lo hacéis?
(*) He recordado lo que viví aquella tarde al ver en el muro de Facebook de Julia Cortés el poema musicado de Goytisolo por Paco Ibáñez.
Muy intenso. Gracias por compartir.
Gracias a ti por leerlo, José Carlos.