Me he dado cuenta hoy en el metro: estoy cumpliendo años a una velocidad vertiginosa. No, no me han cedido un asiento, gracias a Dios. Tampoco me ha pedido la hora ningún joven llamándome de usted (aunque esto ya me ha pasado varias veces). La prueba inequívoca de que estoy cumpliendo años y de que empiezo a ser un hombre maduro es que hoy, en el metro, sin querer, he tuteado a un señor de sesenta años con una naturalidad pasmosa y él no se ha extrañado.
¿Sabéis lo más curioso? Que después de tutear al señor he caído en la cuenta de este hecho y, tras un segundo de asombro, me he sentido bien, como si hubiera sido pertinente utilizar ese tuteo toda la vida.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac.
Ostras, a mí esto no me ha pasado aún, pero los críos de la sala infantil hay días que me hunden… XD
Has dado en el clavo. Cada vez utilizo más el tuteo en muchas situaciones de la vida. Me sale automáticamente y después pienso ¿es correcto? Por ejemplo, cuando vas al médico. ¿Le hablas de usted o de tú?Desde luego creo que tutear no supone un falta de respeto. El respeto se falta en la forma de hablar. Es algo cultural. En muchos países nórdicos el tuteo entre desconocidos es lo normal y, por contra, en Andalucía escuchas por todos lados el «ustedes».¿Y en el tuiteo tuteas?
Iris: Ay, los niños, tan inocentes… Y las cosas que dicen. el otro día, mi hija pequeña, mirándome mi barriguita, me preguntó si estaba embarazado. Palabra.Enrique: Opino exactamente como tú. Hay veces que, según la persona, me sale una forma u otra. Tienes razón cuando dices que el respeto se nota en la forma de hablar, no en las mismas palabras. Ah, en Twitter siempre tuteo, como si todos fuéramos miembros de una extrañísima hermandad…