En realidad, a Zorro no le gustan los animales guays del bosque. Porque los animales que molan, los que molan de verdad, ignoran que lo son. De hecho, en el mismo instante en que empiezan a ser conscientes de tal poder, pierden toda la gracia. Y no en el sentido humorístico de la palabra: pierden toda la gracia, el don, la magia.
Los animales guays del bosque
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